El Sitio de Gibraltar de 1506 fue un fracasado asedio por parte de las tropas del Duque de Medina-Sidonia, contra la guarnición real de esta plaza española. Fue el décimo de los grandes sitios sufridos por Gibraltar.
Tras la conquista asidonense de Gibraltar de 1467, a la muerte de Enrique IV, en 1474, su hermana y heredera Isabel recabó apoyos para cimentar su posición en la Guerra de Sucesión que la enfrentaba con Juana la Beltraneja. Los Medina-Sidonia fueron así gratificados con el Marquesado de Gibraltar (30 de septiembre de 1478). La ciudad permanecería bajo dominio asidonense 34 años, hasta que los Reyes Católicos suprimieron el título el 22 de diciembre de 1501 y reincorporaron el territorio a los dominios de la Corona de Castilla. El 2 de enero de 1502, Garcilaso de la Vega (padre), comendador de Castilla, viajó a la Roca donde tomó formalmente posesión, y los Reyes Católicos concedieron a petición de los habitantes de Gibraltar escudo de armas.
Escudo otorgado por los Reyes Católicos en 1502 |
Tras la muerte de Isabel en 1504 y la consiguiente crisis de poder, Juan Alfonso Pérez de Guzmán , 3er duque de Medina Sidonia decidió aprovechar la inestabilidad. El Duque de Medina-Sidonia, esperaba que el nuevo rey, Felipe el Hermoso, le restituyese el mando sobre la plaza, pero su súbita muerte acabó con tal esperanza. Aprovechando el caos provocado en Castilla por la muerte del Rey, resolvió hacerlo por la fuerza, reuniendo un ejército que marchase sobre Gibraltar.
El Duque consideraba que Gibraltar por derecho le correspondía a su familia, y urdió un plan para que sus simpatizantes en la fortaleza arreglasen una rendición. De esta manera, el primer intentó el Duque para tomar la plaza fue intentando atraerse las simpatías de la población local, que durante tantos años había permanecido bajo su dominio. Pero no sólo no lo logró, sino que puso a los gibraltareños en alerta sobre sus pretensiones. Por tanto levantó un ejército y envió instrucciones a su hijo Enrique de hacer lo que fuese necesario para recuperar la fortaleza,
El " estado de sitio " se prolongó durante cuatro meses, con las fuerzas de Medina tratando de bloquear la fortaleza en vez de tomar por asalto él, intentando presionarla para rendirse.
Diego López de Haro -alcaide interino por ausencia de Garcilaso de la Vega- y los gibraltareños se aprestaron a la defensa, escribiendo al capitán general del reino de Granada, el Conde de Tendilla, para que acudiera en su socorro.
El Duque de Medina-Sidonia fue conminado a levantar el cerco, pero se negó, alegando
que el rey Fernando sería informado de la situación por Diego Deza, arzobispo de Sevilla, que le había prometido resolver en su favor sus pretensiones sobre Gibraltar gracias a su buena relación con la familia real.
Diego de Deza |
Finalmente, hubo poca lucha y ninguna pérdida de vida que no fuese por enfermedad. Ante el consejo del arzobispo de Sevilla, las esperanzas puestas en las gestiones de este, unido a los preparativos militares en su contra, llevaron a los de Madina-Sidonia a levantar el bloqueo sin que hubiera derramamiento de sangre.
En noviembre de 1506 la reina Juana y su consejo acordaron conceder a Gibraltar el título de "más leal ciudad" por su demostrada fidelidad en la defensa contra los asidonenses. El Duque de Medina-Sidonia fue condenado a pagar los daños materiales causados por sus tropas a las propiedades de la población local, sin que se tuvieran en consideración sus reclamaciones sobre la propiedad de la plaza.
Posteriormente, Carlos V rápidamente comprendió la importancia estratégica de Gibraltar , y nombró a Rodrigo Bazán comandante civil y militar de la Roca en 1520. En el marco del largo y pacífico mandato de Bazán , que duró hasta 1535, los disturbios civiles fueron definitivamente sofocados, y se acometieron importantes reparaciones, consolidando el dominio real de tan importante bastión.
Gibraltar no sufriría más asedios de importancia hasta el año 1704, casi 200 años después, pero esa es otra historia...
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