La captura de Gibraltar, 1704 |
El
1 de noviembre de 1700 Carlos
II,
último rey de la dinastía de los Austrias, muere sin descendencia.
El conflicto sucesorio desencadena la Guerra
de Sucesión a la Corona española. En
la misma se vieron involucradas las potencias europeas de la época,
encabezadas por Inglaterra, Holanda y el Sacro Imperio Romano
Germánico, que tomaron partido por el Archiduque
Carlos de Austria, formando
la Gran Alianza de La Haya. En
el otro bando, Felipe
de Anjou,
de la casa de los Borbones, nieto de Luis
XIV,
y que por tanto contaba con el respaldo de Francia.
Desde
el inicio del conflicto, las
fuerzas angloholandesas se muestran claramente superiores en el mar,
aprovechando para acosar al tráfico, con la captura de galeones de
Indias y el ataque a la flota de la Plata en la ría de Vigo, en la
llamada batalla de Rande, en 1702. La
flota angloholandesa por tanto campaba a sus anchas en el litoral
peninsular. Sin embargo, tras el desembarco del pretendiente Carlos
de Austria en Lisboa en
1704,
las fuerzas navales buscan una base de operaciones en territorio
peninsular desde la que apoyar eficazmente el
avance carlista hacia el Este.
Tras el fallido intento de Barcelona en
el mismo 1704, y el antecedente fallido
de
Cádiz en 1702, la flota al mando del almirante
británico George
Rooke se
fija en la estratégica y prácticamente desguarnecida plaza de
Gibraltar, desde
la que podían controlar el estrecho y por ende ambas vertientes marítimas.
En consecuencia, el
1 de agosto de 1704 la flota de
Rooke entra
en la bahía de Algeciras, con
61 buques de guerra, 25.000 marineros y 9.000 infantes, y una
dotación artillera de 4.000 cañones.
Gibraltar opone
unas
fortificaciones
que
aunque puestas al día un siglo antes,
son inadecuadas frente a la potencia de la artillería moderna.
La
defensa cuenta con 100
cañones, la mayoría
fuera de uso, y una dotación artillera de
unos 100 soldados, a los que se unen milicias civiles hasta completar
un exiguo
panorama
de 470 defensores,
al mando del sargento mayor Diego de Salinas.
El último de Gibraltarcuadro de Augusto Ferrer-Dalmau que retrata a Salinas delante del peñón. |
Ante
este desesperada situación,
y tras
cinco horas de un nuevo bombardeo, en la Plaza se iza la bandera
parlamentaria. Tras
negociarse la vuelta de los rehenes y la salida
de las tropas con armas y bagajes,
así como la salida de la población gibraltareña, el
4 de agosto de 1704 se realiza la entrega formal a la plaza al
Principe
de Hesse-Darmstadt, pasando
Gibraltar con este acto a
control austracista.
Sería posteriormente cuando George Rooke, apercibido de la increíble posición estratégica del enclave, nombró el peñón bajo soberanía de la reina Ana de Inglaterra, en lugar de bajo la soberanía del archiduque Carlos de Austria cuya causa pretendía representar. Durante los 9 años siguientes tropas francesas y españolas intentarían sin éxito recuperar la plaza.
Fuente| Efemérides navales
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